¿Qué aprendí?
El uso terapéutico de las corrientes eléctricas tienen un amplio catálogo de aplicaciones, esta semana se abordaron las últimas tres corrientes:
- MICROCORRIENTES: consiste en la introducción de corriente eléctrica muy similar a la que produce el organismo, medida en microamperios, debido a que su intensidad y frecuencia son muy bajos, insuficientes como para excitar fibras nerviosas. Por lo tanto se consideran de aplicación subsensorial, proporcionando un aporte fisiológico que actúa a nivel celular. Debido a esto está indicada principalmente para analgesia (puntos gatillo, espasmos musculares) así como su efecto de aumento metabólico mitocondrial se utiliza para tratamientos de atrofia muscular.
- VMS: Corrientes bifásicas asimétricas con pulsos muy cortos haciéndolas adecuadas para aplicaciones de altas intensidades en el fortalecimiento muscular.
- RUSAS: son corrientes de mediana frecuencia derivadas de las interferenciales, están diseñadas para la potenciación muscular, utilizado comúnmente en deportistas, pero su aplicación también está indicado para atrofia por desuso, procesos postraumáticos, hipertrofia, relajación y elongación muscular así como drenaje linfático, algias vertebrales o dolor osteomuscular.
- INTERFERENCIALES: Corrientes de mediana frecuencia cuya característica principal es que dos circuitos eléctricos se cruzan, entrecruzan y crean una nueva corriente que actúa sobre el organismo. La piel ofrece muy poca resistencia a ellas por lo que alcanza niveles significativos de profundidad (dependiendo del espacio entre electrodos) y el riesgo de quemaduras es nulo. Los efectos sobre el organismo dependerán de la frecuencia que se utilice, la ventaja de estas corrientes es que el modo de aplicación puede ser bipolar o tetrapolar, este último permite utilizar frecuencias motoras y analgésicas al mismo tiempo.
Termina el primer periodo de asistencia, delegando responsabilidades a los practicantes del segundo periodo.
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