¿Qué aprendí?
La realización de una terapia generalmente va acompañada de agentes físicos, siendo estos definidos como energía y materiales aplicados a los pacientes para ayudar en su rehabilitación, dentro de una de sus clasificaciones encontramos medios naturales y mecánicos, a su vez pueden clasificarse en térmicos o mecánicos. Esta semana nos enfocamos sólo en algunos de ellos:
- Crioterapia; uso terapéutico del frío, en modalidad de compresa fría, polo de hielo y cloruro de etilo. A grandes rasgos, este tipo de terapia se indica en el control de la inflamación aguda, disminución de edema y dolor (debido a la disminución de la conducción nerviosa), así como facilitación muscular.
- Termoterapia; aplicación de calor, este puede ser superficial o profundo, este agente es reconocido por sus efectos vasodilatadores, aumento en el umbral del dolor y aceleración de la actividad metabólica, siendo indicado en procesos crónicos de inflamación, facilitación para aumentar el rango de movimiento y disminución de la rigidez articular.
La mayoría de estos efectos son apreciables en otras modalidades de aplicación como:
- Diatermia: calor profundo a través de microonda y onda corta.
- Fluidoterapia: transmisión de calor por convección a través del calentamiento de celulosa (mazorcas de maíz trituradas)
- Hidroterapia; que además brinda compresión, empuje, reducción de la carga en articulaciones y aumento del gasto cardiaco.
Otro agente muy importante es el Ultrasonido terapéutico, ondas sonoras con una frecuencia mayor a 20,000 imperceptible al oído humano, dependiendo de la dosis y modalidad en que este se programe puede brindar dos tipos de efectos, térmicos y mecánicos, siendo estos últimos usados para la regulación de procesos inflamatorios y el favorecimiento de la curación tisular.
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